Peregrinamos a Lourdes porque somos peregrinos, viandantes en el camino de la vida hacia la casa del Padre. Él es quien nos dice, como dijo a Jesús en el Jordán y en el Tabor: Tú eres mi hijo a quien yo quiero entrañablemente. Pero nosotros nos extraviamos a veces en los laberintos de la vida, nos alejamos de Dios o incluso le ofendemos cuando nos hacemos mal a nosotros mismos, o a otras personas. Entonces nos convertimos en hijos pródigos, desarraigados de su amor envolvente y reconfortante. Y necesitamos volver a la casa y al regazo del Padre que, como en la parábola, nos está esperando con la mirada atenta y los brazos abiertos.
Peregrinar a Lourdes significa este año de modo especial, dejamos reconciliar con Dios acudir allí donde podamos oír en nuestro interior su voz, que dice gozosa: Este hijo mío ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos recuperado. En Lourdes, y a través de la convivencia entre nosotros, de nuestra mutua ayuda y compañía, de los actos litúrgicos, de la celebración del sacramento de la Reconciliación, y de la presencia de María, refugio de los pecadores y consoladora de los afligidos, podemos sentimos hermanados y en paz con nosotros mismos. Lourdes va a ser de nuevo la casa del Padre y la casa de la Madre
El Grupo de Lourdes de Oliva junto con Hospitalidad de Valencia, participa y ofrece la posibilidad de unirse a la peregrinación del 27 de Junio al 1 de Julio, junto con enfermos, peregrinos, brancadiers y enfermeras. Podéis informaros en las oficinas parroquiales de San Roque
miércoles, 6 de junio de 2007
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